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El titular de este artículo puede inducir a pensar en un texto cenizo y agorero en el cual se argumente a favor de la negatividad, que sería lo opuesto, todo está muy mal, el país se va al garete, nos van a rescatar…Sin embargo realmente se intenta reflexionar sobre diversas cuestiones de relevancia de forma realista y constructiva.

Llevo tiempo madurando el artículo y lo tenía medio redactado, pero lo del Curriculum de Campofrío me ha terminado de matar, está bien sacar una sonrisa al personal, que la cosa está muy jodida, pero con emociones, experiencias y demás fruslerías, que ahora están tan de moda para ‘colocar’ producto, no vamos a ningún sitio.

Hace unos días debatíamos en twitter sobre el tema y alguien me decía que no es una moda, que es necesidad, pero vaya que si es moda y marketing, como lo de los tan traídos emprendedores a los que realmente nadie ayuda, la clase política menos. El positivismo, el buen rollito, el talante, se utilizan de forma frívola en muchos casos, en otros es simple ingenuidad, hay que buscar la situación real, para saber donde nos encontramos y a partir de ahí construir, con conocimiento de causa, el positivismo sin argumentos es muy perjudicial.

Sin duda hemos pasado del perfeccionismo al perCepcionismo, de hacer cosas bien a que sólo parezca que están bien y no me sirve que pensemos en que las cosas caen por su peso, que a la larga quien sólo ‘parece’ pierde la credibilidad, que la calidad marca la diferencia, no es cierto, al final quien paga es quien cae confiadamente en el juego.

Necesitamos mejorar la situación y el ánimo, el positivismo es la cara amable de la realidad, pero debe acompañarse del rigor al hacer cosas, al tomar decisiones, lo contrario no supone mejorar la realidad, sino evadirse temporalmente de ella, curioso, las drogas producen el mismo efecto.

Me gustó mucho un comentario de @marcapersonal en twitter ‘la auténtica actitud positiva es esperar lo mejor mientras te preparas para lo peor’, sin duda esa sería una máxima a convertir en dogma en España. Por contra, mensajes como el de Emilio Duró me dan ganas de salir huyendo, incluso a la China, ya puestos, este hombre se ha hecho popular apostando por la felicidad sin causa real y por no innovar, que ya está todo inventado y es más fácil copiar, lo que yo te diga, para eso mejor me voy con los mejores en hacer copias, estos mensajes son contraproducentes, sigue al líder evangelizador, ese iluminado que te llevará al precipicio, muy propio en estos días apocalípticos supuestamente adelantados por la cultura Maya.

Vamos en dirección opuesta mientras se de crédito a pseudo expertos positivísimos que escriben listas con 10, 20 o 40 soluciones para buscarte la vida mareando la perdiz en redes sociales hasta encontrar las amistades que te coloquen, en vez de aconsejarte que estudies, que adquieras una buena formación de base o la complementes, pretenden cambiar el sistema sin cambiar primero a los formadores, no se pueden esperar diez o quince años para ir a por ello, el momento es ahora o nunca.

Lo que hace falta son más charlas y buenos cursos para aprender a buscarse la vida y no tanta charla motivadora, formación útil, que enganche a la formación en profundidad, que proponga el autoempleo como una buena solución, para que los ciudadanos cambien el chip y se pongan serios en la búsqueda de su futuro y el de todos creando sus propios puestos de trabajo sin esperar a que alguien ponga soluciones por ellos.

Emprender es fácil si sabes cómo, la clave es la formación y el consejo de los profesionales, aunque sería una grandísima ayuda que la administración facilitara la creación de micro empresas, promoviera el alta de autónomos y el emprendimiento social con un importante ahorro de costes y una conveniente diferenciación respecto a las pymes, más complicadas en todos los aspectos y que necesitan más tiempo.

Pongámonos manos a la obra, hace falta el cambio, analicemos la realidad y comencemos a construir, basta de mensajes vacíos, vamos a trabajar, esfuerzo y superación y cuando des el paso para emprender, como comenta Juan Antonio Bayona, director de Lo Imposible, en la revista Emprendedores: ‘Hay que ser realistas en cuanto a metas, posibilidades y medios’